Peor es Nada.


Manifiesto premortem de Nadeshda Krúpskaya, conocida por sus adeptos y detractores como “La Nada”
La nada, es antes que nada, el triunfo de la palabra sobre la nada.
La nada pudo ser un verbo que salvara de la desesperación a los ahogados y al final no fue nada.
Nada es lo que se reflejaba en las pupilas de algunos náufragos imaginados por Daniel Defoe y que este olvidó describir con precisión en una narración corta, dejando todos sus intentos en un tintero desportillado que olvidó tristemente en una cantina del puerto de Liverpool cuando pensó en la soledad de Robinson Crusoe.
La nada, era el cosquilleo fastidioso que en el principio de los tiempos le angustiaba a un Dios, el cual, al querer nombrar un vacío inmenso en su memoria, nombró a la nada con la palabra y desde entonces la nada fue la esclava de los abismos y los silencios.
La nada era eso que encontraban en sus bolsillos los amores abandonados cuando buscaban alguna explicación para las una y mil ausencias mientras vagaban solitarios por las grandes ciudades.
La nada era un baile típico que los fantasmas practicaban para deleitar a los ciegos que añoraban el calor de la luz en las frías casas de los pueblos abandonados que yacían perdidos en los mapas olvidados que intentaban descifrar los condenados a ser fantasmas que bailaban bailes típicos para deleitar a los ciegos que añoraban el calor de la luz en las frías casas de los pueblos abandonados.
La nada, la pobre nada, siempre era confundida con toda la eternidad de la espera que nunca llegaba a ser nada más que nada
Nada, es la respuesta favorita de los presos que son acusados de todo y de nada.
La nada es nada, pero así y todo, zumba en el oído de los suicidas, los acróbatas y uno que otro saltimbanqui.
Nada, es el valor que se la asigna a los bienes comunes surgidos del fruto de los matrimonios casuales, celebrados en modernas regiones septentrionales donde existe un fundado temor de que la ausencia de valor se torne soledad.
La Nada es lo único que tienen en común los corazones de los inocentes y los asesinos.
Nada es el nombre de pila de las pelusas que viven en los bolsillos proletarios.
La nada es una espera y una suspensión.
Nada es lo único que a veces queda y que en un arranque de optimismo, decides creer que eso ya es algo.
Nada es eso que a veces se es en la vida y se cree que se va a la universidad para remediarlo.
Es peor que no te enseñen nada, resultando ser, en consecuencia, un perfecto nada (Pero eso también viene siendo algo)
Puede ser que nada sea nadie, nadie sea nada y también al revés.
Al final nadie sabe nada y eso es lo único que se sabe de nadie.
No por nada, la nada no es un proverbio chino. No por nada, la nada no es un refrán, un pensamiento o la parte favorita de las frases celebres. La Nada Tampoco es una fábula de Esopo y menos aún, un dicho y hecho del General Melgarejo.
La nada es un río que se ha de cruzar las veces que sea necesario hasta que uno sienta que se extinguido el destino.
Aunque no lo parezca, La nada no es un invento de la derecha ni de la tecnocracia religiosa.
Y aunque también lo parezca, La nada no es el cero absoluto que los mayas encontraron en el firmamento hace miles de años, prediciendo lo absurdo de la vida que vivirían hombres que estaban por venir
Muchas cosas no es y eso entonces es lo que la lógica nos muestra imprevisiblemente que termina siendo
A nuestra vista y paciencia
La nada es casi todo y también al revés.
Ya que lo demás, es todo.
lo que se entiende, es nada.
Fin.

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