Las letras digitales en el país pirata

Siempre he odiado la palabra "Entrañable" porque entraña muchas cosas salameras y es una forma demasiado artificiosa para definir un sentimiento profundo y sincer para con algo o alguien. Pero no queda otra. Parte de la historia de este blog es Eduardo Alvarez, poeta y cuentista que hoy pasea sus huesos y sus silencios en Santiago de Chile, lejos de su laguna, de su conflictiva relación con los peluqueros y las mujeres que adornan sus caminos al sur.

Eduardo, que en realidad es su apodo ya que se llama Oso (Si, leyó bien) Transita lejanias y los amigos lo extrañamos. No quiero hacer de esto un asqueroso y exaltado intercambio de mutuas idolatrías, a pesar de que estas idolatrías -que para pesar de muchos antropologos jamás podrán ser extirpadas- efectivamente existen, las voy a compartir, porque finalmente, no nos importa, asi que con el espacio que nos da a la existencia el nomeimportimos Visceral que prfesamos, les voy a poner en consideración un artículo muy interesante que escribió el Oso sobre mi. (Tantas vueltas para no pecar de alaraco y sale peor...) Es chistoso ver que alguien escriba sobre uno mismo, porque al final uno se pregunta como cuando se ve al espejo o escucha la grabación de la propia voz: "Acaso soy yo" bueno, esto es algo que jamás podré responder.



Las letras digitales en el país pirata

En mis no tan lejanos tiempos de universidad era algo bastante común que el docente eligiera a algún alumno para que se encargue de las fotocopias. Se hacía responsable del libro original, las más de las veces de la fotocopia original, la dejaba en uno de los tantos centros de copiado de los alrededores, y los alumnos nos anotábamos en una lista que definiría el número de copias a sacarse. No faltaban los fotocopiadores que aprovechaban su mostrador para publicitar los títulos más vendidos, exhibiendo la tapa en una mala fotocopia blanco y negro. Así, ya en afán de estudio u ocio, la fotocopiadora de la U era una alternativa más barata que la librería.

En ciudades como La Paz el contrabando tiene que ver con una forma de vida. DVD’s, música, ropa y juguetes nuevos o de segunda mano obtenidos de manera dudosa por los vendedores. Un agujerito en la parte de la camisa que no se ve, una leyenda de “copia para prensa, prohibida su venta” a lo largo de la película, un par de páginas que no se leen. Con tal de ahorrarse plata algunos aprenden a sobrellevarlo, otros están acostumbrados, siempre fue así. “En un país con un ingreso per cápita tan bajo, solo pirateando se puede otorgar al pueblo la posibilidad del acceso a la cultura”, opina Willy Camacho.

Así, con parche en el ojo, el libro digital va encontrando la manera de acomodarse a los lectores de ciudades como La Paz. En Santiago de Chile, donde ahora vivo, el método de las fotocopias se alterna con el del libro digital. No falta el compañero de buena voluntad que usa el scanner en casa o en la oficina para digitalizar los libros de mayor interés, entonces el estudiante opta por leerlo directamente en el computador o por imprimirlo a un bajo costo en el mismo centro de copiado.

Sin duda el Ipad y demás artefactos solucionan problemas como cargar con la fotocopia en la mochila y malgastar la vista leyendo en la pantalla, además les puede caer el café encima y siguen funcionando. Dado que esta tecnología todavía no es accesible para muchos, tendremos que conformarnos con fotocopiar o seguir leyendo desde la pantalla del PC hasta que los precios de la tinta electrónica bajen.

Y de todas formas la digitalización de un texto da espacio a situaciones impensables, como la transcripción de libros antiguos que se perderían de otro modo. Recuerdo el proyecto inconcluso de Paul Tellería: transcribir el Felipe Delgado de Jaime Sáenz en un blog editado colectivamente. Las grandes compañías proponen clásicos en versiones especiales diseñadas para sus dispositivos, Alicia en el país de las maravillas y Drácula por ejemplo. En el blog para educación en nuevas tecnologías Xarxa TIC, el autor pone en discusión la calidad de los libros digitales que ofrecen a las escuelas en España por ser presentaciones de power point o simples archivos pdf, señalando que el lector debería exigir más calidad por parte de los comerciantes de este tipo de libro.

A ritmo y manera particulares el libro digital está cambiando la manera de leer, y muchos ven en el libro impreso un objeto obsoleto o un artículo de arte. Paz Soldán cuenta la decadencia de las librerías de Ithaca y menciona que casi 300 de las más de 600 de los Estados Unidos han cerrado, advierte que los libros digitales van convirtiéndose en los subsidiarios de los impresos. Por otro lado la facilidad para publicar en la red permite que autores emergentes puedan difundir su obra sin pasar por el filtro de las editoriales tradicionales. Se ofrecen servicios de corrección de estilo, diseño y hasta mercadeo. Así como hay cosas que de hecho no vale la pena leer, uno encuentra blogs y libros con gran calidad tanto de autores consagrados como de personas que apenas empezamos en el camino de las letras impresas y digitales. Y aquí es donde me detengo con la siguiente pregunta: ¿cómo influye internet y su omnipresencia en los que nos estamos formando en el oficio de escribir?

El 2006 se armó una red social de blogueros en Bolivia, empezó a raíz de que el ganador del premio de cuento Franz Tamayo de ese año abrió un blog y convocó a un encuentro entre los que se comentaban mutuamente y quienes quisieran unirse. Yo lo supe cuando mi amigo Oscar me invitó a asomar por ahí las narices. Claro, los dos hubiésemos querido ganarnos el premio y ahora queríamos conocer a Willy Camacho. Él ya era un escritor sólido y desde entonces compartimos varias farras y conversaciones. El Perro Rabioso estaba haciendo sus primeras armas, Oscar abrió ese blog en coincidencia con una célebre etapa de su vida en que no tenía trabajo y pasaba sus mejores horas en la hemeroteca, dedicado a rescatar crónicas periodísticas de principios del siglo XX en Bolivia y otras latitudes. Los comentarios, que son la sangre del bloguero, fueron aumentando y se dispararon luego del encuentro “bloguivianos 2007” en Santa Cruz. El auditorio se desternillaba de risa cuando el Perro Rabioso exponía su ponencia sobre el movimiento urbandino de la ciudad de La Paz. “Después del encuentro (…) todos me decían perro, he empezado a sospechar que el blog estaba teniendo una identidad propia entre la gente, es decir, ya era el perro el que escribía, no Oscar Martinez”. Le escribían mails con críticas y felicitaciones.

Es que el concepto de su blog es suculento: “me fascinaba el uso tan solemne del lenguaje que utilizaban los periodistas de la época para referirse a temas tan burdos y cotidianos como la falsificación de marcas de leche o la expulsión de ciudadanos "indios" de bares de clase alta”. Para él La Paz ahora es tan surreal como podía haberlo sido antaño:

“…cuando llego a esa conclusión veo que la crónica te ayuda a escribir sobre el cotidiano del siglo XXI, pudiendo utilizar casi el mismo lenguaje de las crónicas del 1900; entonces pienso que sería bueno experimentar crónicas de un perro vagabundo que todo lo ve.”

Lo de rabioso viene a propósito de los blogs que odiaba y hería mortalmente con sus comentarios, y lo fundamental no era eso: “me parecía una buena forma de dar a conocer tus textos y sobre todo una buena forma de practicar la escritura y compartirla con otros lectores y bloggers”. La experiencia ha ido más allá de lo que el autor creía:

“Varias veces pensé dejar el blog, pero me he dado cuenta que normalmente lo decidía estando deprimido, como queriendo matar un alterego o algo así... lo que me ha desanimado a hacerlo definitivamente es que hay gente que no conozco y que me manda emails contándome cosas que les recuerdan los textos que escribo, gente de otros países que dice que les gusta el blog o bolivianos que viven en otros países. De todos modos, pienso que ha tenido un tiempo y una razón de ser y como este año cumple seis años el blog, de repente es mejor ya dedicarse a otro público, aún no lo decido, en el facebook hay más gente comentando y retroalimentando tu trabajo (…), me parece que podría dejar el perro rabioso. Lo tengo en mente, pero ya tomaré la decisión final.

En el ensayo “Hipervínculo o hipertexto: la nueva textualidad”, hallamos esta reflexión sobre la experiencia en que puede convertirse leer en internet: “la voz de autor se funde con el auditorio conformándose una literatura sincrónica que desplaza los determinismos y recompone todo argumento”, un texto llama a otro y a otro y lo más importa es la obra, no el que la escribió. En este blog el autor/personaje pudo haber sido moldeado a través de la tensión con el lector/autor en un intercambio constante. Con razón afirma que en cuestión de escritos al Perro Rabioso le va a costar ser otra vez Oscar Martinez:

Una vez, en un bar, un chico borracho me estaba diciendo que le gustaba la literatura, le dije que a mí también y que a veces escribía. Me contó que iba a abrir su blog, le respondí que los blogs son buenos para practicar escritura y que la gente te conozca, pero que ya no hay mucha gente leyendo blogs, por lo menos en Bolivia. Él me dijo que lea el blog de elperrorabioso; un tipo que parece que es un borracho medio loco pero que escribe bien... Le quería decir que era yo el perro rabioso, pero en fin, me alegró su comentario y que se decida a abrir un blog.

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