Cómo hacer un C.V. (Manual para desempleados)


En primer lugar y sepanlo bien -especialmente todas esas almas desesperadas que andan buscándose trabajo mediante la presentación de este artilugio engendro de la modernidad y la maldita necesidad- Un Curriculum no garantiza el ingreso al cielo ni contiene recetas secretas... lo mejor es que la hoja este limpia y la foto retocada.
Lo más importante: un buen C.V no debe tener divagaciones filosóficas, porque de lo que trata justamente un curriculum es saber cómo usar tu vida para dejar de usar tu vida.
¿cachai?
Si no, aquí les dejo un ejemplo.
Datos personales.
Nombre: No me gustaría apelar a la legalidad para darme ínfulas de importante, o reducir mi nombre al documento bautismal, por lo que sería terriblemente deshonesto seguir diciendo que soy católico y además detesto el nombre que me ha puesto mi abuela.
Prefiero ponerme como me llama mi hermana menor: “Lolo”
Imagino que “Lolo” viene de “Negro” aunque es un poco difícil saber porque me empezó a decir así cuando aprendió a hablar y ahora no se acuerda porque lo hizo.
Mi apellido no tiene nada que ver conmigo porque está atado a mi padre y este es un recuerdo borroso y casi inexistente que no amerita más líneas. Lamentablemente a mi madre le pasa lo mismo con su apellido, por eso tampoco es aconsejable usar el que a ella le han puesto.
Dígame Lolo a secas.

-Lugar y fecha de nacimiento.
-Yo abrí los ojos en La Paz un día de diciembre de 1977. Los abrí por que venía durmiendo desde Potosí donde nací en septiembre. Mi señora madre dice que es por culpa de la Empresa Nacional de Ferrocarriles que no llegué a nacer en La Paz. Ahora me lamento cuando me dicen que soy hijo del Illimani, pero hijo adoptivo no más. Eso, por la grandeza de espíritu de la montaña tutelar que nos cobija sin egoísmos ni cédulas que carezcan de sellos secos y molestas referencias geográficas que no vienen al caso.
Mi mamá dice que soy potosino aunque no tanto, y que no soy paceño aunque si más que potosino.
Entonces a veces no sé. Pero a veces me da por hablar como si fuese de cualquier parte porque la gente se da la vuelta y me ve con cariño u otras con desprecio. Pienso que aquí es muy importante no ser de aquí, nada más.

-Estado Civil: Olvidado: Abandonado
No es que me haya olvidado si estoy soltero o casado. Eso no tiene importancia en cuanto uno se olvida de uno, en cuanto uno es olvidado y todo lo que respecta al amor se resume en un cúmulo de polvo en el marco de una ventana que mira al sur, hacia una montaña que tiene la forma de una muela del diablo.
Me gustaría que me pregunten que me gustaría que diga aquí en “Estado civil”. Diría con mucha grandilocuencia, dirigiéndome a alguien que me imaginaria lejana e indiferente: tú y yo mal podríamos hablar de nuestras civilidades, ya que siempre hemos sido un par de incivilidados. Nuestro “Estado” ha sido de persistente y exagerada pasión y angustia, cuando no de pereza existencial y hasta física, aunque la más de las veces ha sido miedo y otras inconstancias y falsos orgullos que nos han llevado a acumular ese polvo del cual hablo. El de la ventana.
Ese polvo que me hace estornudar a un destiempo tan destiempado, que te enojas y haces berrinche de mis cariñosos estornudos como si fuese mi culpa ser alérgico al olvido.
Y al pescado.
-Nacionalidad:
No sé si debería incluir eso aquí, es decir, no sé si usted señor(a) analista de Recursos humanos, de la sub gerencia de selección de personal, esté listo y tenga tiempo para conocer la increíble historia de mi abuelo y mi abuela, que se conocieron en un pueblo del sur de Potosí y que ella sólo hablaba quechua y él… bueno, castellano hablaba pero andaba extraviado porque en su país de origen lo habían echado por dizque anarquista, cuando el pobre apenas era un carpintero que no sabía leer ni escribir pero sí que era muy bueno contando chistes. Y por contar chistes de Franquistas, lo mandaron a cruzar el atlántico y aquí estamos escribiendo esto. Es un rollo muy largo y con esto de la nueva constitución y las 36 naciones que hay en Bolivia, encuentro cosas más o menos aproximadas, pero autodenominarme “Quechua-Vasco” me da un caché tan interesante que creo que podría quedarme con esa nacionalidad.
Además eso de “Bolivia” es un invento que está bien para chupar y hablar de la Guerra del Chaco y comprar el DVD de la Victoria a Argentina por 6 a 1 y nada más… no sé… el lugar donde he vivido la mayor parte del tiempo, es un cuarto celeste en Villa Fátima. Tal vez soy Bolivariano, aunque últimamente ya no voy al futbol.
-Estudios realizados.
La verdad es que nunca he estudiado. Eso me da mucha vergüenza de admitirlo, porque incluso tengo un título universitario, hasta tengo una especialidad y casi una maestría ,sin contar los diplomados y tucuimas… y usted dirá: ¡Caramba! ¿Y entonces cómo es que dice que no ha estudiado?
Para ser franco, estudiar es lo que menos he hecho en la vida, y no es que sea un genio o un superdotado que se lee un par de vainas y se sabe todo, no. Es que bueno…yo iba al kínder, al colegio a la universidad, leía, escribía, me angustiaba por pasar de curso y no repetir materias, respondía a veces, preguntaba a veces también y me han dicho que haga una investigación y yo… no soy un detective, pero hice lo que pude y hasta me emocioné y concluí un sinfín de cosas que se están empolvando por ahí. La cosa es que de la noche a la mañana he aparecido con esta novedad de que me llamen licenciado, igualito que al perro que vive en la esquina de mi casa y que le dicen licenciado porque usa corbata y porque es muy chanta y vivo y se anda comiendo lo que les toca a los perros que no tienen corbata, pero que se procuran el hueso honradamente, correteando motos y taxis sospechosos… y que no por ello son menos perros, aunque a veces también quisieran tener corbata para no estar partiéndose el lomo bajo el sol y la lluvia, y estar felices bajo el techo del quiosco esperando a que le pasen el huesito de la consulta y la asistencia gubernamental, y no gubernamental de la cooperación internacional.
¿Sirve de algo? Usted dirá, yo sólo soy un licenciado. Un perro internacional

Idiomas

Tomando en cuenta que el amor y la música son los idiomas universales puedo afrimiar que no hablo ninguno de ellos.

Música:

Comprensión-Yes, Aha.

-Experiencia laboral
Bueno, últimamente se ha estado discutiendo ese asunto de que si un trabajo debe ser necesariamente honesto y honrado; últimamente en estos dos mil años. Bueno, no es por causar alarma, porque tal vez es más necesario hacerse un curriculum de cambios internos, pero pregunto yo: ¿Quién no ha tenido una juventud y adolescencia licenciosa y permisiva, llena de desenfrenos y actos reñidos con la justicia? Me parece que nadie.
Pero como decía Cantinflas "ahistá el detalle". La experiencia laboral no tiene nada que ver con las cosas que uno ha hecho. De qué sirve saber que yo he vendido hamburguesas en la Plaza España y Miraflores o, saber que he sido mesero en una churrasquería que se llamaba “El Locoto Picante”; cajero de un minisuper, mesero y barman en una discoteca de jailones y japoneses o cajero de un pub de quinta. Eso sin contar que he colaborado en numerosas importaciones de contrabando desde Chile y la Argentina y que he sido guía de turistas para visitas al cementerio general de la ciudad.
Bueno esa es mi experiencia laboral. Ahora debo contarlo también ,y no sé si cuenta como trabajo, ya que como le decía y me da vergüenza admitirlo, pero debo confesar que he trabajado para una agencia de cooperación internacional y para una poderosa organización multinacional en dos ocasiones. Hasta en un banco he trabajado y…disculpará usted, es que hay ocasiones en las que uno se ve obligado porque se cree que necesita cosas y más cosas y a ratos esta idea se vuelve tan real que uno se encuentra desesperad amente necesitado de cosas y cada vez más cosas.
En fin. creo que resumiría con una frase de Sui Generis: Sólo sé sonreir.

Personas de Referencia:
Quisiera rogarle que no llame a mi madre, y es que es la persona que más me conoce tal vez, pero no se aguantaría de contarle otras cosas que le hagan perder el tiempo, como que fui un piromaniaco o que estaba en los Boys Scouts.
Ahora que me he acordado de mi señora madre, pienso que tal vez debería enderezar mi vida y casarme y olvidarme que me he olvidado. Así mi necesidad se volvería materia y dejaría de ser una experiencia mental.
si las necesidad deja de ser una experiencia mental y se convierte en materia, la angustia no tendrá otro remedio que transformarse en pañales y leche, después serían medicinas, ropa, triciclos, helados, muñec@s, bicicletas montañeras marca "Santosa", trámites de divorcio, pensiones de colegio, jeans, trajes de promoción, viajes de promoción, fiestas, pasajes para la “U”, entradas para el cine, fotocopias y más jeans, y una cantidad impresionante de zapatos, quits, chicles, entradas al cine y al estadium y de la comida ya ni hablar... hasta que el último gasto (si las cosas marchan bien) serán para que liberen mis pensiones del fondo de aportes de la "Generación Sandwich" a fin de ser encajonado en un ataúd decente.
A decir verdad, esta lista de necesidades ya me ha hecho dar miedo y me ha hecho ver que mejor hago otro curriculum, al final, ¡uno no debe escupir al cielo nunca!
Me he olvidado que una vez he sido profesor y que charlando con los chamacos me sentía bien y que tenía tiempo para comer mandarinas en el sol por las tardes.
Pero la vida a veces es así, polvo y suma de deseos, nada más,
Nada más, nada más…

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