Un grito

Es cuestión de hacerte desaparecer. Hacer de cuenta que tus ojos son cristal barato y lanzarlos por la ventana. Solamente cuestión de hacerte desaparecer.
Unir todos tus aromas y atarlos al humo del basural en el que me quemo.
Es cuestión de usar el ingenio y ser frenético;
Es simple matemática: más años, menos cosas por las que dividir lo que queda de común en multiplicar, es decir, cero.
Nada.
Es cuestión de contratar sabios viajeros que me den yerbas peregrinas y con ellas se me vaya tu voz o aunque sea el peso de tu ausencia.
Siquiera las ganas de gritar
o de hacerte desaperecer
¿pero y si olvido?
Olvidaré que tus ojos son de roca, que vivo entre cuatro paredes y mi ventana esta hecha de lapiz rojo, que las cenizas están frías y que siempre he sido un perfecto imbecil para las matemáticas. Olvidaré que los viajeros son mudos y que tengo la espalda rota.
Entonces
para que pedirte que desaparezcas.
Sería peor después
porque ya tendría que olvidarme de buscarte como un loco.
Aún asi es facil, sólo es cuestión de ingenio y un poquito de suerte.
Que se escuche el grito
nada más
y nada menos
Cuestión de desaparecer.

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