O sea que te vas...


Ahora dices que te vas. A pesar de que te llevas todo el tiempo que hemos pasado juntos. De todos los años que hemos pasado como una sola angustia y vilo; días y noches… lagrimas y sonrisas.

Pero está bien… sabía que este día iba a llegar.

Me voy a quedar con lo bonito.

Con tu cara arrugada y colorada. Con lo difícil que era planchar tus pañales. Con esa terquedad tan fea que se parece a la mía. Con tus dedos melosos y tus pantis con las rodillas sucias y agujeras. Con lo chistoso que arrugabas los ojos para llorar sin motivo y hacerme reñir. Con tu eterno resentimiento que no dura nada. Con esa simpleza con la que miras el mundo que hasta casi parece irresponsabilidad. Con todas las barbaridades que has hecho y que me han hecho sentir un viejo más.

Y ahora que, como dicen por ahí: perdemos a una hermana pero ganamos un teléfono y una ducha, sin contar que ya nadie nos va a gritar.

Bien…

Cásate no más.

Lo feo se lo contare a tus hijos y a tus nietos. A tu marido no, pero ya tú sabrás.

Te quiero mucho.

Felicidades hermanita.

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