RIP

RIP
Vagando a través de los desvencijados laberintos que contienen ojos, miles de ojos, me interné en busca de un Mausoleo para confirmar ciertos mitos fantásticos de la vida y obra del buen Ismael (Sotomayor). Y es cierto que fue una búsqueda infructuosa, vana y desesperada ya que los cementerios poseen la perniciosa costumbre de cerrar sus puertas a las 16 con 30, y entre las distinguidas eminencias y el epitafio nunca encontrado me puse a leer.
“Vivir sin dañar a nadie, morirse de repente, eso es vivir la verdadera vida”. Entre las letras (en otros tiempos seguramente doradas y brillantes) incompletas que formaban un nombre, aun se podía distinguir el nombre: C Medinaceli, impulsor del movimiento “Gesta Bárbara”. Bueno, graves cosas deslumbran de esa tumba, desde el robo de las letras de la lapida, hasta la tersa eternidad del granito que cubre al poeta (¿?), con algunos símbolos masones escondidos por ahí. (en ese entonces los masones eran excomulgados de la iglesia). Se me ocurrió entonces recorrer el cementerio ya no en busca de Ismael Lillo, sino de lapidas que contengan epitafios interesantes, y pues debo decir que hay casos muy interesantes y otras tantas muy repetidas, por ejemplo: “cuando eras niño todos reían y tu llorabas, ahora todos lloran y tu ríes” Este es sin duda el más repetido epitafio en el cementerio general de la ciudad de La Paz, y fieles como somos los de este lado del mundo al pensamiento simbólico, se encuentra eso sí: Decenas de nichos adornados con botellas de Coca Cola, (La bebida preferida por los muertos), reproducciones en miniatura y a escala de la acogedora sala del difunto, con sillones, chimenea, banderín del strongest y todo; otros sobrecogedores, con figuras de Disney y una cuna, y así da para largo, como para escribir un libro entero de lo que uno ve por ahí. Pero en cuanto a epitafios vale la pena señalar el de Franz Tamayo: “La ciudad de La Paz. Este es Franz Tamayo, mi gloria es su propia gloria”.
Por último y para darle el toque de melancolía que todo cementerio debe tener, hay un epitafio que me quedó en la memoria, se encontraba en un nicho escondido entre las callejuelas de la necrópolis que dice: “He dejado un rastro invisible, para que el silencio me persiga, y me alcance en el fin...” No hay retrato, solo un nombre y unas flores resecas calcinadas por el tiempo y el olvido.
Pensaba en mi epitafio y sería más o menos así.
Aquí yace un perro ocioso y rabioso
Murió de gozo
Y Murió de hambre
No habrá tenido bello lomo ni fino pelambre
Pero había que ver que tenía locas como un enjambre..
Bueno como no quiero opacar a mis amigos poetas retorno a lo mío, antes de que les de un calambre.
Saludos
Vagando a través de los desvencijados laberintos que contienen ojos, miles de ojos, me interné en busca de un Mausoleo para confirmar ciertos mitos fantásticos de la vida y obra del buen Ismael (Sotomayor). Y es cierto que fue una búsqueda infructuosa, vana y desesperada ya que los cementerios poseen la perniciosa costumbre de cerrar sus puertas a las 16 con 30, y entre las distinguidas eminencias y el epitafio nunca encontrado me puse a leer.
“Vivir sin dañar a nadie, morirse de repente, eso es vivir la verdadera vida”. Entre las letras (en otros tiempos seguramente doradas y brillantes) incompletas que formaban un nombre, aun se podía distinguir el nombre: C Medinaceli, impulsor del movimiento “Gesta Bárbara”. Bueno, graves cosas deslumbran de esa tumba, desde el robo de las letras de la lapida, hasta la tersa eternidad del granito que cubre al poeta (¿?), con algunos símbolos masones escondidos por ahí. (en ese entonces los masones eran excomulgados de la iglesia). Se me ocurrió entonces recorrer el cementerio ya no en busca de Ismael Lillo, sino de lapidas que contengan epitafios interesantes, y pues debo decir que hay casos muy interesantes y otras tantas muy repetidas, por ejemplo: “cuando eras niño todos reían y tu llorabas, ahora todos lloran y tu ríes” Este es sin duda el más repetido epitafio en el cementerio general de la ciudad de La Paz, y fieles como somos los de este lado del mundo al pensamiento simbólico, se encuentra eso sí: Decenas de nichos adornados con botellas de Coca Cola, (La bebida preferida por los muertos), reproducciones en miniatura y a escala de la acogedora sala del difunto, con sillones, chimenea, banderín del strongest y todo; otros sobrecogedores, con figuras de Disney y una cuna, y así da para largo, como para escribir un libro entero de lo que uno ve por ahí. Pero en cuanto a epitafios vale la pena señalar el de Franz Tamayo: “La ciudad de La Paz. Este es Franz Tamayo, mi gloria es su propia gloria”.
Por último y para darle el toque de melancolía que todo cementerio debe tener, hay un epitafio que me quedó en la memoria, se encontraba en un nicho escondido entre las callejuelas de la necrópolis que dice: “He dejado un rastro invisible, para que el silencio me persiga, y me alcance en el fin...” No hay retrato, solo un nombre y unas flores resecas calcinadas por el tiempo y el olvido.
Pensaba en mi epitafio y sería más o menos así.
Aquí yace un perro ocioso y rabioso
Murió de gozo
Y Murió de hambre
No habrá tenido bello lomo ni fino pelambre
Pero había que ver que tenía locas como un enjambre..
Bueno como no quiero opacar a mis amigos poetas retorno a lo mío, antes de que les de un calambre.
Saludos
Comentarios
termine deprimiendomde porque no pude escribir uno que me satisfaga, quizás si ahora lo intento me salga...
como el tuyo....si, esta bueno jaja
saludos
luna
Un abrazote.
Y QUE VIVA EL TIGRE CAMPEON EN SU MES ANIVERSARIO.
BESITOS PERRITO.
Muy buen epitafio, eh?... la verdad es que no me he puesto a pensar qué podría poner en mi epitafio... y creo que todavía no lo haré por un tiempo =)
Saludos
Un abrazo
Paul
Capsula, gracias por los elogiosos comentarios, vos siempre tan buena onda y de veras, pronto nos vemos!
Leslie. yo diria en tu epitafio, tuvo muchisimos y avergonzantes instantes por culpa de un gato maricón...
pero murio feliz con alucinaciones fantasticas sobre un algo que no existe pero le llama tigre.
un abrazo.
Ceci: A moriri de risa no? pero sin escaparse como siempre.
Ganja querido: no he podido ir a tu lectura por que el lunes es mi peor día en el trabajo pero ya ves, habrán otras ocasiones seguramente, donde compartiremos lecturas y anecdotas.
un abrazo.
El perro
Wow... Modestia aparte con los poetas, buena pinta eso...!!!
Pero Bueno... me inspiraste a darme una vuelta también... a ver que decía el epitafio de mi abuelo...
ufff.. y es mucha cosa encontrar un epitafio apropiado para descansar en la eternidad, como simples frases escritas en el aire... o cosas por las que seguirempos vivos en este loco mundo...!!!
Saludos..!!!
Un abrazo, viejo.
Clarits: simpre te ufanas de menospreciarme ajajajajaja.
Estidex. Como pues de mal gusto, es una oda al dolor y al recuerdo que ya hubiese querido escribir ciseron