El Corazón...
El corazón, ese malhadado invento incrustado en el pecho y en la cabeza, siempre el corazón. Ese maldito tambor que anunciaba tu presencia y ahora delata tu ausencia; el aeropuerto ya esta vacío y yo encuentro las monedas que escondiste en mi bolsillo el momento de abrazarme, pretendes tal vez que compre otra vida y me olvide de vos, o ya sabes que soy un distraido y de repente no tengo como volver a casa, allá donde ya no estás.
El corazón en el vidrio, loco por ignorar que te vas, rugiendo más que ese motor que te lleva. El corazón viendo como está decolando el CORAZÓN para ya no volver más.
Me has prometido que vas ha regresar, aunque sea en cincuenta años. Te lo he hecho prometer por orgullo y vanidad, para que cuando regreses, veas como sigue latiendo por vos este maldito corazón, fuerte y de prisa, tal como lo oiste al cruzar la puerta por primera vez.
Que ojala fuese la última de este corazón, que no se puede arrancar ni callar.
Que no puede dejar de ser tan ...
Comentarios
A mí también me has hecho sentir...recordar.
Saludos del rosadito!!!
Bien Leslie que encuentres inspiración en eso, ya que si hablamos de otras cosas... bue. no vamos a hacer polémica ¿no? gracias por la visita.
Oye Vero como te burlas de mi dolor a ver ¡Rebelde! me has hech reir de mi propio dolor yaaaaaaaaa.
gracis por venir che ¿me extrañan los vasos de tu casa? seguro en u cumple han preguntado por mi.
Bueno capsula, yo no acostumbro scribir esto pero lo he hecho por pura necesidad.
Brujits que milagrits, y bueno yo quería decir que el corazón es un boludin pero ya ves.
Gracias Pao, y no se puede siempre como dicen por aqui, "No hay caso" de ignorarlo. ¿Quién es el rosadito????
Creo que la frase lo dice todo, muy buen texto !!!
Saludos =)
un abrazo,
r
pd, por supuesto qeu a traves tuyo o del estito, ganja avisare para poder tener una excusa y hacer otro cumple-blogero!!!
Un beso.
El rosadito es mi blog...
Jejeje...
Oso compadre, me has sonrojado, por supuesto que lo puedes leer hermanazo, no he podido ir a tu velada aunque me moría de ganas, pero tenía una vaina ineludible.
Buenas letras, hermano.
Un abrazo