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Mostrando entradas de julio, 2008

Las paredes tienen oidos y las filas también.

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-Como es!!! Que haces aquí?? -Como es che!! Aquí no más, -Que haciendo??? -Uta un rollo…si te contara -Yaaaa a ver... - No pues, la cosa es que el otro día ya estaba emputado. He salido de clases y le estaba esperando a la Andrea. Pst pst le he hecho señas por la ventana y le he dicho que se salga, que le voy a esperar. La cosa es que chajjj, escucho la puerta y era ella. Dentro de mi estaba pensando: “Ahora si le voy a decir. Me cago que se enoje, finalmente yo no más quedo mal con su familia” Hola, le he dicho y ella me pregunta: ¿Qué ha pasado? Y yo le he dicho, bueno es que se pasaba ya también esa changa pues; bueno yo le he dicho: Oye Andrea, lo he vendido mi celular, tengo 120 bolivianos vámonos a un motel. -yaaaaaaaa que huaaaaso y ella que te ha dicho??? -bueno, primero ha puesto su cara de: “que te pasa!!!” y bueno es que ya se pasa... la cosa es que yo le he dicho: “No me mires así, después de lo de ayer ya es hora de que tiremos como la gente. Bueno es decir, he pensado eso

Los fantasmas asesinos.

Los fantasmas asesinos. Basta agarrar un domingo en la tarde, terminar de leer el periódico y salir a caminar por miraflores y mirar la cantidad de idiotas que son felices por el sólo hecho de que el sol de invierno brilla en lo alto y sus perros acaban de salir de las peluquerías caninas y los esperan en sus Mega vagonetas de narcotraficantes junto a unas rubias idiotas en la puerta de alguna heladería o un restaurante vulgar y corriente para perder la fe en el mundo. Basta con ver Carlito´s Way, rematar con Elephant y terminar de leer Los Fantasmas Asesinos de Wilmer Urrelo para perder la fe y la esperanza en el mundo. Cual esperanza?? En la refutación del tiempo, Borges dice que la esperanza es absurda ya que pertenece a un plano de tiempo que aún es inexistente, por lo tanto sólo el dolor es real...Pues hay novelas, como esta de los fantasmas asesinos que nos encaran con los pasados, con todos ellos y nos gruñen por las noches sin dejarnos dormir. Hay novelas que si bien no son un