El Corazón...
El corazón, ese malhadado invento incrustado en el pecho y en la cabeza, siempre el corazón. Ese maldito tambor que anunciaba tu presencia y ahora delata tu ausencia; el aeropuerto ya esta vacío y yo encuentro las monedas que escondiste en mi bolsillo el momento de abrazarme, pretendes tal vez que compre otra vida y me olvide de vos, o ya sabes que soy un distraido y de repente no tengo como volver a casa, allá donde ya no estás. El corazón en el vidrio, loco por ignorar que te vas, rugiendo más que ese motor que te lleva. El corazón viendo como está decolando el CORAZÓN para ya no volver más. Me has prometido que vas ha regresar, aunque sea en cincuenta años. Te lo he hecho prometer por orgullo y vanidad, para que cuando regreses, veas como sigue latiendo por vos este maldito corazón, fuerte y de prisa, tal como lo oiste al cruzar la puerta por primera vez. Que ojala fuese la última de este corazón, que no se puede arrancar ni callar. Que no puede dejar de ser tan ...