Un baño para su alteza
Un baño para su alteza
El diario. La Paz, 1930.- Un episodio tragicómico se produjo recientemente en esta ciudad, tras la visita del Príncipe de Gales Eduardo VIII.
Como se sabe, el gobierno de Siles fue abatido en junio, con graves consecuencias y disturbios sociales que llegaron hasta el mismo saqueo del palacio de Gobierno.
Parece ser que los revolucionarios no perdonaron ni las tazas ni los lavabos del baño presidencial, y esto ocasionó un inesperado episodio, que hizo sonrojar a más de un funcionario oficial y al propio Príncipe.
La junta militar encabezada por el general Carlos Blanco Galindo, ofreció un banquete al ilustre visitante, que luego del mismo pidió discretamente que se le indicara donde quedaba el baño.
Ante la consternación general, pero sin perder su compostura (pues la fiesta prosiguió generosamente regada) el príncipe, acompañado de una comitiva cruzo la plaza para hacer sus necesidades en el Hotel París.
El episodio ha pasado a la historia de las “situaciones protocolares incomodas”, y voceros de alta sociedad se han apresurado a decir que instancias sociales como esta son las que conceden razón a quienes consideran a los americanos como “Razas inferiores” en Europa.
Fin del artículo
Hablando con algunos extranjeros que vienen por aquí, más de uno me menciono el hecho de que es casi imposible encontrar baños limpios en Bolivia. Bueno ellos por lo menos han podido encontrar un baño.
Por eso, esta nota es un homenaje para el eterno, asqueroso y pestilente baño de la Pérez Velasco, lugar que desde tiempos pretéritos nos viene recordando con sus venenosas emanaciones que no hay lugar como el hogar, sobre todo si es para ir al baño. ¡O no!
El diario. La Paz, 1930.- Un episodio tragicómico se produjo recientemente en esta ciudad, tras la visita del Príncipe de Gales Eduardo VIII.
Como se sabe, el gobierno de Siles fue abatido en junio, con graves consecuencias y disturbios sociales que llegaron hasta el mismo saqueo del palacio de Gobierno.
Parece ser que los revolucionarios no perdonaron ni las tazas ni los lavabos del baño presidencial, y esto ocasionó un inesperado episodio, que hizo sonrojar a más de un funcionario oficial y al propio Príncipe.
La junta militar encabezada por el general Carlos Blanco Galindo, ofreció un banquete al ilustre visitante, que luego del mismo pidió discretamente que se le indicara donde quedaba el baño.
Ante la consternación general, pero sin perder su compostura (pues la fiesta prosiguió generosamente regada) el príncipe, acompañado de una comitiva cruzo la plaza para hacer sus necesidades en el Hotel París.
El episodio ha pasado a la historia de las “situaciones protocolares incomodas”, y voceros de alta sociedad se han apresurado a decir que instancias sociales como esta son las que conceden razón a quienes consideran a los americanos como “Razas inferiores” en Europa.
Fin del artículo
Hablando con algunos extranjeros que vienen por aquí, más de uno me menciono el hecho de que es casi imposible encontrar baños limpios en Bolivia. Bueno ellos por lo menos han podido encontrar un baño.
Por eso, esta nota es un homenaje para el eterno, asqueroso y pestilente baño de la Pérez Velasco, lugar que desde tiempos pretéritos nos viene recordando con sus venenosas emanaciones que no hay lugar como el hogar, sobre todo si es para ir al baño. ¡O no!
Comentarios
Espero tu visita!!!